El mexicano en general, pero el chilango en
su muy particular forma de expresarse, ha llevado el verbo chingar a sus
máximas expresiones
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El mexicano en general, pero el chilango en su muy particular forma de
expresarse, ha llevado el verbo chingar a sus máximas expresiones.
El sitio
web www.nacos.mx menciona que una característica principal del naco es
la forma de hablar, y entre las muchas expresiones características de este
personaje existe un verbo con la que se comunican millones de nacos
diariamente.
Esta palabra contiene un sinfín de acepciones. Con la palabra
chingar el naco puede expresar y dirigirse a muchas y variadas situaciones. Desde
un verbo, un adjetivo, hasta un sustantivo.
El vocablo proviene del antiguo caló gitano č ingarár (pelear), asegura
el sitio web de la Revista Mil Mesetas, y su uso se extendió por América Latina
posterior a la conquista; sin embargo, fue en territorio mexicano donde desarrolló
la mayoría de sus acepciones, y con especial rapidez, durante el siglo pasado.
El Chingoles, agrega esta misma revista, fue el primer Diccionario del
Lenguaje Popular Mexicano, un trabajo recopilado en 1972 por Pedro María de
Usandizaga y Mendoza, y busca describir de forma divertida y “docta”, a la
manera del Diccionario de la Real Academia, frases, verbos, sustantivos,
adjetivos y adverbios en su contexto, entonación y gesticulación específica, de
acuerdo con el canon popularmente extendido, recomendado para los amantes del
lenguaje profano. Pero dejando a un lado el Chingoles, volvamos a lo que
iniciamos.
Este verbo, sustantivo o adjetivo chingar no es fácil de explicar pues,
para ello, se tiene que ubicar en su contexto especifico, tiempo y lugar.
Contradictoriamente puede significar algo bueno o malo, dependiendo de lo que
anteceda o preceda, menciona el sitio web. Para explicarlo lo más fácil posible
utilizan algunos ejemplos gráficos.
En circunstancias normales, cuando algo resulta ser muy sabroso se puede
decir:
¡Esta sopa te quedó chingona!
Ahora bien, si el manjar en específico es algo extraordinario, se puede
decir:
¡Definitivamente la carne te quedó chingonsísima!
En contraparte, podemos demostrar nuestro disgusto diciendo:
¡Ni pruebes los frijoles, son una chingadera!
Ahora bien, si al servir la comida, la porción que nos toca resulta
exagerada, se dice:
¡No seas bárbara, me serviste un chingo!
A propósito de exageraciones, para hablar de algo más que un chingo, se
puede decir: un chingamadral y más aún un: chingaputamadral,
como superlativo superior.
Las contracciones aparecen cuando nos sirven muy poco:
¡No me chingues, es muy poquito, sírveme más! o ¿Nada más esta
chingaderita me tocó?
Dejando de lado a la comida, en la convivencia diaria, para designar a
alguien que es muy bueno en alguna especialidad:
¡Víctor es un chingón dibujando! o se puede decir ¡Es una chingonería!
Al contrario, si es muy malo:
¡Ni vayas con el mecánico de la esquina, vale para una chingada!
En el ámbito sexual, cuando un hombre logra después de muchos esfuerzos
el tener relaciones con una mujer:
¡Por fin me la chingué!
Pero cuando se trata de reprimir a alguien por una mala acción se dice:
¡Ya ni la chingas!, ¿cómo fuiste capaz?
Las acciones ilegales se pueden expresar por medio del verbo chingar:
¡Me chingaron la parrilla del coche! o ¡Cuando
me descuidé, que me chingan el portafolio!
Se dice que entre amigos:
¡No se valen chingaderas!
Esta
palabra, en general, no se acostumbra en situaciones formales, aunque ha
cundido hacia otros círculos sociales y políticos
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¡Son unos chingones! o ¡ese equipo es una chingonería!
Las peores ofensas para el pueblo mexicano son:
¡Chinga tu madre! o ¡Eres un hijo de la
chingada!
Aunque modificando la primera expresión:
¡Mi madre se llevó una chinga! Significa que pasó muchos trabajos
pesados.
Así refiriéndonos al trabajo podemos decir:
¡Este trabajo es una chinga!, o ¡ahora si nos llevamos una chinga hasta
las 6:00!
Siguiendo con el trabajo, podemos decir sobre el jefe:
¡Ese desgraciado, solamente me esta chingue y chingue para que
renuncie! o
¡No voy a dejar que nadie me chingue mi trabajo!
Siguiendo en la oficina, podemos decir en secreto, refiriéndonos a la
nueva secretaria:
¡Cuánto quieres apostar a que me la chingo en una semana!, es decir,
¡Cuánto quieres apostar a que me acuesto con ella en una semana!
Sobre el nuevo office boy, el jefe puede decir a un subalterno:
¡Déjalo que se chingue, para que aprenda!
Alguien que lleva mucho tiempo trabajando puede decir:
¡La única forma de llegar a tener algo tuyo, es chingándole! o
sea: trabajando duro.
Esta palabra, en general, no se acostumbra en situaciones formales,
aunque ha cundido hacia otros círculos sociales y políticos, afirma www.nacos.mx.
Cuando en elecciones se quiere acusar a alguien de fraude se dice:
¡Nos chingaron un chingo de votos! o sea ¡Nos robaron
muchos votos!
También cuando se preparan elecciones se puede escuchar:
¡No voy a dejar que me chinguen ! es decir ¡No dejaré que me ganen!
Cuando el pueblo se queja de sus gobernantes, se dice:
¡Nos están chingando! o ¡están robando un chingo!
Otra forma muy común de expresión es una muestra de júbilo, por ejemplo,
si alguien gana una rifa o un concurso puede decir:
¡Ya chingamos!, por ¡ya ganamos!
No es lo mismo chingar a un hombre que a una mujer, es decir, cuando se
aplica de un hombre a otro significa estafar, robar, engañar, pero de un hombre
a una mujer, siempre implica una relación sexual.
Cuando alguien está muele y muele con algo y te pone hasta el gorro, las
exclamaciones más frecuentes son:
¡Ya, chingá! ¡Ya, chingao! ¡Con una chingada! ¡Qué bien chingas! o ¡Te voy a
chingar si sigues!
Como colofón, www.nacos.mx explica que se ha escrito un chingo, sobre el
verbo chingar, y son un chinguísimo de nacos los que han intentado explicarlo,
chingándose explicaciones de alguien más chingón que ellos. Es una verdadera
chinga el intentar explicar las múltiples facetas de la palabra, pero creó que
ya chingué.
Este verbo, sustantivo o adjetivo chingar no es fácil de explicar
pues, para ello, se tiene que ubicar en su contexto especifico, tiempo y
lugar.
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