El 30 de octubre de 1938, los residentes de Nueva York y Nueva Jersey se encontraron atrapados en medio de una ola de pánico.
A medida que miles de ellos tomaron sus lugares tradicionales frente a la radio un domingo por la noche para escuchar lo que normalmente era un comediante y un espectáculo de marionetas, el programa fue interrumpido bruscamente cuando Orson Welles decidió hacer una adaptación del libro de H. G. Wells, La guerra de los Mundos. Con un pequeño puñado de actores en el estudio e informando por etapas, Orson anunciaba lo que se describió más tarde como detalles horripilantes, que los marcianos habían llegado y estaban atacando a las grandes ciudades. El resultado no pudo ser más desastroso. Miles de residentes corrieron despavoridos por las calles gritando "¡¡¡Estamos siendo atacados!!!" Otros empacaron lo que pudieron, saltaron a sus coches y trataron de huir de la ciudad, lo que sólo empeoró las cosas, las carreteras se congestionaron por el tráfico de vehículos. Algunas personas que vieron la imposibilidad de escapar por ningún lado, cerraron las puertas de sus hogares y rápidamente se quitaron la vida.
Por ello le llamo la guerra que nunca ocurrió. Los residentes de Trenton, Nueva Jersey y Nueva York en los Estados Unidos, aun lo recuerdan.
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