Uno de los grandes crímenes realizados gracias a la ignorancia se dio en Salem. He aquí una de la historias que cuentan lo que realmente sucedió.
""Salem, la sola palabra
evoca la imagen de brujas, aquelarres, persecuciones y hogueras; de
persistencia, de lucha contra el demonio y de un lugar en donde se hizo famosa
la confesión cruzada que a partir de entonces se conoce como «cacería de
brujas». Sin embargo, muy pocos saben qué fue lo que realmente pasó y aquellos
que han averiguado algo no logran ponerse de acuerdo en cuál fue la causa.
El juicio de las brujas de Salem |
Lo que se sabe de la historia es lo
siguiente: la mañana del 20 de enero de 1692, en el poblado de Danvers —que
entonces era una parroquia del pueblo de Salem— en Nueva Inglaterra,[i]
dos niñas la hija, Betty, y la sobrina, Abigail Williams, del ministro de la
villa, el reverendo Samuel Parris, empezaron a mostrar ataques, desmayos y
comportamientos extraños, afirmando que se sentían afligidas por una presencia
sobrenatural, inhumana e invisible.
Los colonos, doctores y autoridades
juzgaron que eso era obra del demonio e instaron a las niñas a confesar quién
les había causado tales aflicciones. Las niñas acusaron a su nana Tituba, una
esclava negra procedente de Barbados que trabajaba en casa de Parris y que les
había llenado la cabeza de cuentos y fantasías procedentes de su creencia en
religiones primitivas, vudú, apariciones y hechizos; y también a otras dos mujeres:
Sarah Good y Sarah Osburn.
En febrero de 1692, las tres mujeres
fueron examinadas por los magistrados del pueblo, quienes les preguntaron si
tenían contacto con el demonio y las exhortaron a confesar para salvarse, ya
que si no lo hacían serían condenadas a la horca. Las dos Sarahs lo negaron
todo, sólo Tituba confesó ser bruja y haber visto al diablo en forma de cerdo y
perro, haber visto el libro del demonio y haber firmado en él. Afirmó, además,
que fue su espectro el que la obligó a causar en las niñas esas aflicciones. La
corte entera de jueces y parroquianos se quedó sorprendida y fascinada con la
narración y la creyó a pie juntillas.
A partir de la confesión de Tituba,
las tres mujeres fueron encarceladas en Boston en condiciones realmente
precarias, a tal punto que una de ellas —Sarah Osburn— enfermó y murió en
prisión. Los relatos corrían de boca en boca, la gente creía todo lo que oía,
por lo que pronto otras niñas mostraron los mismos síntomas y acusaron a otras
mujeres, lo que dio por resultado una fiebre que condujo a docenas de personas
a la cárcel. Para salvarse, los pobladores se culpaban unos a otros de
cualquier nimiedad que podía ser considerada brujería.
El problema creció a tal punto que
se nombró una corte desde Boston, compuesta por siete jueces, para tratar los
casos de brujería. La corte basaba sus veredictos únicamente en las reacciones
y las afirmaciones de las niñas afectadas y en marcas que consideraban como
estigmas de la brujería —lunares, cicatrices, etcétera. La prueba definitiva
era que la misma acusada confesara —aunque fuera empujada a ello para salvar su
vida o en todo caso su alma. Asimismo, era necesario que señalaran a otra
persona que las hubiera iniciado en el mal. Obviamente de cada juicio surgían
más y más sospechosas, y se empezó a condenar a muchísimas personas que eran
inocentes.
La fiebre duró varios meses, las
últimas ejecuciones fueron el 22 de septiembre, pero los procesos legales
continuaron hasta mayo del año siguiente —1693. Después de cinco años, la
fiebre de las brujas de Salem había bajado, pero la villa entera estaba
arruinada, muchas familias se habían separado y resquebrajado. Además, las
cosechas de la región se habían visto seriamente disminuidas y el ganado estaba
muerto o había huido. Las casas y las familias estaban devastadas a causa del
pánico y el desgaste. Quedó una sombra en el condado, una sombra que aún
perdura hoy día.
Pero, ¿qué es lo que realmente pasó?
¿Por qué hubo tantos condenados? ¿Por qué se mató a tanta gente? Y, sobre todo
¿a qué se debieron los ataques de las niñas?
Primero, habría que entender el
mundo en el que vivían los colonos de esta región, en la que se habían
establecido recientemente provenientes de una Inglaterra que no había querido
reformar su iglesia, institución que ellos consideraban mundana y corrupta. Su
intención era crear en esta tierra americana un New Bible State en el que sólo
los miembros devotos prevalecieran y el mal se combatiera día con día. Ellos
estaban seguros de que eran el pueblo escogido para llevar el mensaje de Dios a
una tierra que antes estaba en manos del diablo. De hecho Salem es la
contracción de la palabra Jerusalén, los colonos pensaban fundar en esta tierra
la Nueva Jerusalén.
Las creencias de estos colonos los
determinaban. Creían en el diablo como un ser equiparable a Dios y al que sólo
Dios podía someter. Y creían también —de acuerdo con una tradición que data del
medioevo y que se mezcla con ideas paganas— que el diablo no podía agredir a
ninguna persona físicamente, sino que forzosamente tenía que hacer contacto con
una mujer —la mujer era de naturaleza maligna: Eva le había dado la manzana a
Adán— que tendría que firmar en su libro su nombre con sangre y en ese momento
era nombrada «bruja».
Por ejemplo, en 1647 las colonias de
Rhode Island, Massachusetts y Connecticut dictaron una ley que decía «La
brujería está prohibida en esta colonia, la pena por su práctica será
inexorablemente la muerte»[ii]. En
1648 se llegó incluso a crear el cargo de witchfinder «buscador de brujas» para
vigilar actos que se consideraban heréticos o heterodoxos.
El mundo de los colonos era un
«mundo de espíritus»[iii]
en donde lo invisible, lo mágico y lo diabólico los rodeaba. Un mundo
preilustrado que no entendía de conocimientos científicos y en el que muchos
acontecimientos carecían de explicación: los niños se enfermaban de pronto y
morían, los animales sufrían de misteriosos males; sin luz eléctrica, en la
noche se veían visiones fantasmales y se escuchaban ruidos inesperados.
Por otro lado, habría que apuntar
que, a finales del siglo XVII, la situación económica y social de la Nueva
Inglaterra no era la mejor, la población había crecido, la tierra era escasa y
los sueños de la Nueva Jerusalem estaban lejos de cumplirse. La gente aún no se
recuperaba de las secuelas que habían dejado las guerras de indios — Indian
Wars — en las que los colonos lucharon contra los franceses y contra los indios
Wabanakis por tierras.
La primera guerra fue de 1675 a 1678
—la guerra del Rey Guillermo— y la segunda en 1688, ambas afectaron sobre todo
a los novoingleses de Maine y New Hampshire quitándoles sus tierras, matándolos
o forzándolos a dejar sus hogares. Los conflictos resurgieron años después y no
terminaron sino hasta principios de 1700. La proximidad de Salem a Maine y a
New Hampshire inevitablemente afectó a los pobladores que tuvieron que ceder
territorio o prestar tierras a los refugiados. De hecho, entre los acusados
encontramos personas que habían vivido en Maine y más aún, que habían luchado
en esa guerra.
Las guerras no sólo dejaron secuelas
económicas y sociales, sino que calaron en la ideología puritana de los
colonos, recrudeciendo aún más su creencia en la malignidad de la tierra en la
que vivían. El hecho de que los aliados de los indios —los franceses— fueran
católicos sugería la falibilidad del protestantismo y la ira de Dios contra
ellos. Perdían la guerra y con ella sus tierras, sus hombres, sus mujeres, su
ganado, sus casas y sus embarcaciones. Al final de cada conflicto adjudicaban
su fracaso no a su ineptitud sino a Dios. Ciertamente, todo esto alimentó la
idea de que el demonio estaba actuando en contra de ellos, actuando con
impunidad en el mundo. Si Dios había «alargado la cadena»[iv]
que usualmente limitaba la malevolencia de Satanás, ¿qué se podía esperar?
En cuanto a los ataques y crisis
originales, varios historiadores afirman que fueron fingidos desde el
principio, otros que las niñas eran histéricas[v]
—lo cual es muy probable— o simplemente que se trataba de adolescentes
consentidas.
Mucho también se ha hablado de que
los pobladores sufrían de envenenamiento por ergot,[vi]
una sustancia que surge del cornezuelo de centeno y que provoca alucinaciones.
En épocas más recientes, se ha hablado de una epidemia de encefalitis tanto en
las bestias como en los colonos.[vii]
Asimismo, se han aducido muchas otras causas para las crisis, como enfermedades
del sistema nervioso central, intoxicación y drogas. Sin embargo, ninguna de
estas hipótesis es certera y ninguna explica el contenido de las visiones de
las niñas, que probablemente sólo eran producto de su imaginación infantil,
exacerbada por los cuentos de la nana caribeña.
Lo que es un hecho es que si los
primeros ataques podrían haber sido causados por diferentes razones, los
ataques subsecuentes y los de las demás niñas y mujeres seguramente fueron
imitaciones, puestas en escena que ellas mismas montaban para asegurarse de que
no serían acusadas.
La cacería de brujas es un ejemplo
de las consecuencias de una ideología puritana que ha evolucionado a lo que es
hoy la sociedad estadounidense. Siglos después —a mediados del siglo xx — se
repetiría una persecución similar hacia los comunistas, en manos del senador
republicano Joseph McCarthy, situación en la que mucha gente —escritores,
actores y artistas— fue condenada y perdió su empleo.[viii]
La cacería de brujas en Salem
muestra la forma en que las creencias influyen en el destino de las personas. A
los jueces y a los colonos les convenía creer que las mujeres eran brujas y que
todo era obra del demonio, pues esto los exoneraba de la responsabilidad de
todos los males que sufría la Nueva Inglaterra. Porque querían creer,
creyeron.""
Artículo
de Esquina Mágica. Extraído de: http://www.esquinamagica.com/articulosombras.php?id1=2&id2=32&idar=554
[i] Los estados que conforman la
Nueva Inglaterra son Connecticut, Maine, Massachusetts, New Hampshire, Rhode
Island y Vermont.
[ii] «Salem Witch Trials» en ational
Ggeographic.com .
[iii] Mary Beth Norton, In the Devils Snare, the Salem witchcraft crisis
of 1692, Nueva York: Alfred A. Knopf, 1992.
[iv] Frase textual del reverendo Deodat Lawson «God for his own
inscrutable reasons has lengthened the chain that usually limited Satan's
active malevolence agains mankind», tomado del libro de In the Devils Snare,
op. cit.
[v] El término histeria —o
histerismo— proviene del griego hister que significa útero. En la antigua
medicina griega, la histeria se consideraba como una enfermedad del útero, por
lo tanto de las mujeres. En la actualidad ha quedado descartada esta postura,
ya que no existe relación alguna con el útero, ni es un estado exclusivo de las
mujeres. Además, es una enfermedad casi en extinción. Históricamente se la
articuló como «histeria de conversión», por su estrecha relación con lo
corporal. Se trata de una neurosis caracterizada por una multitud de síntomas:
convulsiones, contracción permanente, parálisis, sensaciones extravagantes,
catalepsia, trastornos visuales y digestivos, entre otros. Según Freud, estos
trastornos son provocados exclusivamente por autosugestión.
[vi] En la actualidad, la
sustancia activa del ergot —ergotamina— se utiliza en dosis mínimas en
medicamentos contra la jaqueca y la migraña.
[vii] Laurie Winn Carlson, A Fever in Salem , Chicago: 1999.
[viii] También en el macartismo se
utilizó la «confesión cruzada», de hecho el dramaturgo Arthur Miller escribió
la obra The Crucible en 1953, sobre el tema de Salem, ya que él mismo fue
perseguido
No hay comentarios:
Publicar un comentario