Autor: Kaín
La familia es uno de los pilares de nuestra sociedad, y en ella, los abuelos juegan un rol muy importante. Sin embargo, al interior de las familias han existido diferencias entre los padres de los menores y sus abuelos. Es cierto que, en muchas ocasiones, los abuelos consienten a sus nietos. Pero, ¿qué abuelo no lo hace?
Es producto de ese amor incondicional hacia los pequeños que se han ganado y merecido a lo largo de su vida. Sin embargo, siempre es importante establecer límites.
El establecimiento de límites es, con frecuencia, uno de los problemas que más alteran la buena relación entre ambas generaciones. Como es previsible en muchos casos, resulta difícil que ambas partes lleguen a un consenso. Abuelos y padres, han mantenido una lucha de poderes que ha perdurado por generaciones.
Poder contar con los abuelos, en una familia con padres muy ocupados, representa un recurso muy valioso. La presencia de los abuelos genera confianza y la posibilidad de alguien que quiera y cuide de los menores tan bien como los propios padres. Algo que nadie puede ofrecer.
La verdadera relación de los abuelos y los nietos debe servir para prodigarse cariño, pasar buenos momentos y también, cuando es posible, ayudarlos en algunas actividades escolares. Por ello, debe prevalecer una buena relación entre los padres y los abuelos donde exista respeto entre ambas partes, que se puedan escuchar los diferentes puntos de vista en forma tranquila, sosegada, respetando los derechos de educación de los padres y el derecho de los abuelos a disfrutar de sus nietos, llegando a acuerdos que favorezcan y privilegien los derechos del menor, lo que abonará a que un clima de paz y de concordia, pero sobre todo de amor, prevalezca entre todos los involucrados en la relación familiar.
Los abuelos están para ayudar a los padres si ellos lo piden, y está dentro de sus capacidades y posibilidades, pero no para ser utilizados de niñeras. Los abuelos, no están a las órdenes de los padres de sus nietos. Su tiempo, su espacio y sus necesidades merecen ser respetados.
No existen los abuelos perfectos, ni los padres perfectos, menos aún, nietos perfectos. Nuestra naturaleza imperfecta requiere de la experiencia. Por ello, poder contar con abuelos, significa poder contar con dicha experiencia en momentos de apuro familiar, quién nos apoye en el cuidado de los niños, quien contribuya con valores y apoye a los niños en su educación.
Contar con los abuelos, debe verse como una bendición y no como un problema.
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