Los
ciegos y el elefante es una parábola cuyo origen se ubica en la India, desde
donde se conoció en todo el mundo. Esta parábola ilustra la incapacidad del ser
humano para conocer la realidad en su totalidad. Ha sido usada también para
expresar la relatividad, opacidad o naturaleza de la verdad, así como el
comportamiento de los expertos en campos donde se carece de acceso a la
información, la necesidad de comunicación y el respeto por perspectivas
diferentes. Esta parábola forma parte de diferentes tradiciones religiosas
entre las que se encuentran la jainista, budista, sufi e hindú.
"Monjes ciegos examinan un elefante", impresión ukiyo-e por Hanabusa Itchō (1652 – 1724) |
Ramakrishna
Paramahamsa (místico bengalí a quien muchos hindúes consideran un avatara o encarnación
divina) usó la parábola para desalentar el dogmatismo, el cual dice:
"Un grupo de
ciegos se acercaron a un elefante. Alguien les dijo que este era un elefante.
Un ciego preguntó ¿cómo es el elefante? y ellos comenzaron a tocar su cuerpo.
Uno dijo: ´Es como un pilar.´ Este ciego solo había tocado su pierna. Otro
hombre dijo ´Es como una cesta descascarillada.´ Esta persona había tocado sus
orejas. De manera análoga, los que tocaron su trompa o su panza decían
diferentes cosas. Del mismo modo, el que ha visto a Dios de un modo particular
limita a Dios a ese modo de ver y piensa que no hay otro modo de ver a
Dios."
Buda
usó esta misma parábola dos veces. En el Canki Sutta describe una fila de
ciegos que están tomados uno del otro como un ejemplo de aquellos que siguen un
texto antiguo que ha pasado de generación en generación, tal como el caso de los
Evangelios cristianos (Mateo 15:14) haciendo referencia a que los ciegos guían
a los ciegos. En el Udana (68–69)
utiliza la parábola del elefante para describir las luchas sectarias.
La
parábola que usa Buda, dice así:
Un
rey reúne a varios ciegos de su capital en su palacio, los pone en presencia de
un elefante y les pide que lo describan.
"Luego que
cada uno de los ciegos hubo palpado una sección del elefante, el rey se dirigió
a cada uno de ellos y le preguntó: '¿Dime, has visto al elefante? Cuéntame, qué
tipo de cosa es un elefante?"
Los hombres le
expresan que el elefante es como una vasija (el ciego que examina la cabeza del
elefante), una cesta de trillar (oreja), una reja de arado (colmillo), un arado
(trompa), un granero (cuerpo), una columna (pata), un muro de argamasa (lomo),
una herramienta de albañil (cola) o un cepillo (punta de la cola). “Los hombres
no se pueden poner de acuerdo entre ellos y comienzan a discutir sobre la
pregunta "¿a que se parece?", y el rey se divierte sobremanera con su
pelea.
El
Buda finaliza la historia de los ciegos comparándolos con predicadores y
estudiosos que son ciegos e ignorantes y tienen sus propios puntos de vista: "Muy similares son estos predicadores
y estudiosos que sostienen sus diversos puntos de vista mientras se encuentran
ciegos y no perciben lo que les rodea.... En su ignorancia ellos son peleadores
y discutidores por naturaleza, cada uno de ellos sosteniendo una idea distinta
de la realidad."
Luego
Buda recita el siguiente verso:
¡O como se
aferran y discuten, algunos que sostienen
Ser honorables
predicadores y monjes!
Para discutir,
cada uno se aferra a su punto de vista.
Este tipo de
hombres solo ven un lado de las cosas.
La
lección que nos deja esta parábola, consiste en que todos tenemos un punto de
vista diferente de acuerdo a nuestra personal percepción del problema y según
nuestra posición en él. Y es recomendable analizar las cosas en su conjunto, y
mientras mayor información se tenga, mejores decisiones se pueden tomar y no
actuar como los ciegos de la parábola.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Los_ciegos_y_el_elefante
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