El 3 de mayo, como cada año, los trabajadores de la
construcción, y no sólo los albañiles, acostumbran a colocar una cruz de madera
ricamente adornada con flores y papel de china en lo más alto de la obra en
construcción. Este día está dedicado al Día de la Santa Cruz, la cual ha sido previamente
bendecida en la iglesia más cercana y luego fijada. Los trabajadores de la construcción
generalmente son agasajados por el propietario o del contratista de la obra.
Santa Elena de la Cruz

El santuario de Santa Elena en la Basílica de
San Pedro

San Pedro
Cuenta la leyenda que la emperatriz Elena, esposa de
Constancio Cloro, estaba obsesionada en hallar la Cruz donde murió Cristo. Pidió
a su esposo la autorización para demoler el templo dedicado a uno de los dioses
romanos, construido sobre el monte Calvario y justamente el 3 de mayo de 292, bajo
los escombros aparecieron tres cruces, y dedujo que una debía corresponder a
Cristo y las otras a Dimas y Gestas.
Para saber cuál era la cruz de Jesús, Elena mandó que le
llevasen a su presencia un difunto próximo a ser sepultado, le colocaron encima
cada una de las cruces, y cuando fue tocado por una en específico recobró la
vida. Fue así como halló la cruz en la que murió Jesús. Por esto, la fiesta en
rito romano es de color rojo por estar relacionada con la pasión de Cristo.
Elena fue canonizada y se le venerades de entonces como Santa Elena de la Cruz.
El México prehispánico
En México, los trabajadores de la construcción adoptaron la
cruz para su celebración, la cual se remonta a la época colonial, y según antiguas
crónicas esta celebración fue impulsada por Fray Pedro de Gante. Aunque esta celebración
fue suprimida del calendario litúrgico por el papa Juan XXIII, los albañiles del
México prehispánico mantuvieron viva esta tradición.
Isla de la Santa Cruz
Otras fuentes ubican esta celebración en el siglo XVI,
cuando el capitán Juan de Grijalva nombró Isla de la Santa Cruz a la Isla de
Cozumel del actual Estado de Quintana Roo. Los albañiles tomaron la celebración
como propia debido a una leyenda que cuenta que en un poblado de Tabasco realizaban
una procesión con una cruz, pero al final la cruz siempre regresaba a su lugar
de origen.
La gran mayoría de los trabajadores de la construcción
desconoce el origen de esta celebración, pero existe la firme creencia de que,
si no se le rinde culto en dicho día, la construcción podría no salir bien o,
incluso, que alguien podría tener un accidente. Así también, los trabajadores
de la construcción, quienes trabajan largas jornadas bajo un sol inclemente, esperan
que la sociedad valore su trabajo.
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