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miércoles, 16 de julio de 2014

Carta de un hijo a un padre

Circula en la web una carta, desconozco al autor y, supongo, se trata de una historia ficticia. Sin embargo sirve para ilustrar un poco lo que sucede en las relaciones familiares entre padres e hijos. He aquí la carta.

“Un padre que pasaba por la alcoba de su hijo se asombró al ver la cama tan bien arreglada y todo bien recogido. Entonces vio un sobre colocado de forma prominente en el centro de la cama.

Estaba dirigida a, "Papá”

Con la peor premonición, él abrió el sobre y leyó la carta con las manos temblorosas:

Estimado Papá, es con gran pesar y dolor que estoy escribiéndote. Yo tenía que escapar con mi nueva novia porque quise evitar una escena con mamá y contigo. He encontrado una pasión real con Ana y ella es tan buena, incluso con todas sus perforaciones, los tatuajes, y su ropa apretada de montar la Motocicleta. Pero no es sólo la pasión papá, ella está embarazada y Ana me dijo que estaremos muy contentos. Aunque usted no la quiera ya que ella es mucho mayor que yo, ella ya posee un remolque en los bosques y tiene una pila de leña para calentarnos durante el invierno entero. Ella quiere tener muchos más niños conmigo y ése es ahora también uno de mis sueños.

Ana me enseñó que la marihuana realmente no hiere a nadie y la estaremos cultivando para nosotros y negociándola con sus amigos para vivir, y conseguir toda la cocaína y éxtasis que queremos. Mientras tanto, esperaremos que la ciencia encuentre una cura para el SIDA para que Ana pueda mejorar, se lo merece, es una buena chica.

No te preocupes Papá, yo tengo ahora 15 años y sé cuidarme. Algún día estoy seguro de que regresaremos a visitaros para que podáis conocer a vuestros nietos y a Ana, la mujer de mi vida

Tu hijo, Miguel.

P. D: Papá nada de lo anterior es verdad. Yo estoy arriba en la casa del vecino.

Solo quise recordarte que hay cosas en la vida mucho peores que la tarjeta del informe escolar que está en mi escritorio.

¡Te quiero!
Llámame cuando pueda volver a la casa”.


Es verdad que muchas veces le damos demasiada importancia a cosas que tienen remedio, démosle más importancia a nuestra relación con nuestros hijos y nuestra familia. Valoremos en su justa medida cada cosa y no dejemos que lo realmente valioso se escape de nuestras manos, la vida es tan sólo un suspiro. Aprovéchala superando en familia los problemas que cotidianamente plantea la vida.  

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